El lugar donde nació y el sexo con el que vino al mundo, dice Gioconda Belli, son las dos cosas que no eligió en su vida, y son justamente las que condicionaron sus actividades, y su escritura. Posiblemente también las que la llevaron a poner en práctica el deseo de traspasar las barreras de lo biológico y lo doméstico, para ocupar los mismos espacios que veía podían abarcar los hombres. De esta forma podríamos describir a una de las autoras más relevantes de la realidad poética latinoamericana.
Gioconda Belli nació en Managua el 9 de diciembre de 1948 y es una de las poetas nicaragüenses más prolíficas y prestigiosas de nuestro tiempo. Es muy posible que en parte su pasión artística le haya venido de familia: su madre fue la fundadora del Teatro Experimental de Managua y trabajó activamente por la difusión del trabajo de otras mujeres. Evidentemente, desde pequeña Gioconda se vio inmersa en un mundo de mujeres fuertes y guerreras en el plano social, lo que significó para ella un importante incentivo para convertirse en la mujer que todos conocemos.
De la obra de Belli se puede destacar su fuerte compromiso político y feminista que la ha llevado a elaborar una profunda y sentida poesía en la que podemos hallar una lúcida representación de las diferencias de clase y sexo que invaden nuestro mundo. Por ello, y por su reivindicación del papel de la mujer en el progreso de la humanidad, se vuelve obligatorio mencionarla como una de las intelectuales más importantes en el mundo de la literatura.
Su mirada directa sobre las cosas que más miedo ha dado nombrar quedó evidenciada cuando publicó su primer poemario, «Sobre la grama», en el año 1972, en el que puso en palabras los aspectos más intimistas y tabúes de la sexualidad femenina y permitió que muchas mujeres se sintieran representadas por una poesía escrita para ellas.
El erotismo es otro de los elementos que baña toda su obra, y en ese aspecto se ha decantado por una forma clara de nombrar el deseo y el placer sexual de las mujeres, lo que le ha valido no sólo un importante reconocimiento en el mundo artístico e intelectual, sino que también le ha regalado un amplio y diverso número de lectoras que, pudiendo hallarse en la escritura de Belli, comenzaron a indagar en torno a una forma de escritura en la que lo femenino no estuviera supeditado a la visión masculina de este aspecto de nuestra vida y experiencia.
Entre las obras más importantes de Gioconda Belli podemos citar «Línea de fuego», «El Taller de las mariposas», «La mujer habitada» y «El país de las mujeres». En sus textos se puede notar una interesante referencia bibliográfica de mujeres, entre las que se perciben vestigios de Ursula Le Guin, Ana María Rodas y Alejandra Pizarnik, por nombrar tan sólo algunas de ellas.
El trabajo de Belli no se restringe a lo poético, también en el campo del periodismo ha escrito preciosas e interesantes columnas en las que aborda temas importantes de nuestro tiempo. También ha sido activista en el partido sandinista.
Vive actualmente entre Nicaragua y Estados Unidos y realiza giras a lo largo del mundo para seguir compartiendo su obra con sus variopintos lectores. Si bien para muchos sus últimas obras carecen del impacto y la fuerza que tuvo aquel primer libro intenso que abofeteó el mundo de la poesía sin miedo, su pluma continúa situándose en las más importantes e imprescindibles de la literatura latinoamericana. Leer a Gioconda Belli puede ser una maravillosa forma de descubrir una forma directa y valiente de nombrar la vida y la sexualidad.