Entre los cuentistas venezolanos más populares de la última mitad de siglo se encuentra Ednodio Quintero; autor de obras contundentes como «La muerte viaja a caballo», «Combates» y «La danza de jaguar». De su narrativa se ha dicho que cuenta con los elementos imprescindibles para atraparte y envolverte en un ambiente tétrico a través de una estética poética de vértigo.
Ednodio Quintero nació en Trujillo, el 11 de marzo de 1947 y aunque debido a la profesión de su padre (la diplomacia) viajó y vivió en muchos lugares del mundo, jamás pudo desprenderse de aquel escenario. Así lo ha dejado impreso en sus historias donde el paisaje austero y agreste de su infancia se cuela siempre. Otros elementos fundamentales en su obra son el humor, la acidez en temas sociales y una mirada que mezcla lo tradicional con una visión onírica de la vida.
Si bien se lo conoce mayoritariamente por sus contundentes cuentos, también ha cultiva el ensayo, la ficción y el guion. En todos ellos ha sabido hacer un buen uso de su visión simbólica de las experiencias vitales. Su visión de la literatura es amplia, la vive como una especie de regalo que le permite poner su imaginación al servicio de nada. Por otro lado, su experiencia creativa no es estructurada; la disciplina no es lo suyo en materia de escritura. Pasó diez años sin publicar y cuando regresó lo hizo con la misma calma con la que se había ido. No busca la fama, pero parece inevitable para él tener un amplio grupo de lectores fascinados con su obra. Ednodio vive como quien aguanta y ha dicho en algunas entrevistas que el deterioro mental es aquello a lo que más le teme.
Entre las lecturas que más le han marcado se encuentra «El Quijote», que asegura habérselo leído de una sentada. Además, es un devoto cinéfilo del género Western; en el que ve una forma similar de trabajar las imágenes que la que él mismo desempeña. Si pensamos en que al leerlo podemos hacernos un mapa casi visible de los escenarios, no cuesta trabajo encontrar un lazo común entre su escritura y la estética de este tipo de películas.
Sus historias se encuentran narradas en primera persona y en ellas suele aparecer un protagonista-héroe que debe resolver una inquietud vital, la cual sólo es posible con el empeño, la constancia y la voluntad. Según Quintero la vida nos ha sido dada más para aprender cosas que para el mero disfrute; esto también se percibe en la forma en la que pone a prueba a sus personajes y en el cuidadoso desarrollo de sus tramas que podrían vincularlo con altos narradores como Rómulo Gallegos o Antonieta Madrid, por poner tan sólo dos casos de nativos venezolanos que hayan sabido explorar con maestría el mundo de la literatura.
Aunque Quintero no es nada fetichista con los escritores cuenta que tuvo la suerte de conocer a Julio Cortázar y a Juan José Arreola, y que habló por teléfono con Juan Rulfo, que le llamó «Maestro Quintero». Además mantiene una estrecha relación con Vila-Matas, a quien conoció de forma casual en un viaje en tren que duró muchas horas. Sin embargo, no es un escritor muy popular ni muy dado a ofrecer entrevistas; de ahí que no sea todo lo conocido que podría ser, escribiendo como lo hace.
Si tienes ganas de darle una oportunidad puedes comenzar con sus tres obras fundamentales: «Volveré con mis perros», «La línea de la vida» y «El arquero dormido y otros relatos». Muchos de sus cuentos, se encuentran recopilados en «Combates» y «Ceremonias», dos antologías que han otorgado una cierta visibilidad internacional al autor.