Una escritora se encierra a componer la historia de su familia para, a través de ella, contar los triunfos y fracasos de un pueblo. Su deseo es dejar constancia de aquellas cosas que ella y su marido han vivido para que quien las lea pueda entender sus decisiones y acercarse a los detalles de la vida de Puerto Rico. Hasta ahí puede parecer una obra normal, pero hay algo que la vuelve peculiar. En el discurso se mezcla la voz femenina (de la protagonista, Isabel Monfort) y la masculina (de su marido Quintín, que ha querido participar en el relato); esto dota a la obra de una identidad propia que se alimenta de la heterogeneidad y la ironía para repasar los hechos históricos de Puerto Rico desde la conquista española hasta el siglo XX. Esta historia se titula «La casa de la laguna» y su autora, Rosario Ferré, es una narradora vivaz que todos deberían conocer.
Rosario Ferré nació en Poce, el puerto principal de la República de Puerto Rico, el 28 de septiembre de 1938. Fue hija de un exdiplomático, Luis A. Ferré, y de la primera escritora que formó parte del Gobierno de Puerto Rico, Lorenza Ramírez de Arellano. De su padre, Rosario heredó la capacidad para expresar sus ideas en un entorno político, de su madre, la fascinación por las palabras y el deseo de cambiar este mundo usando como herramienta la literatura.
Desde pequeña sintió una gran fascinación por las letras y buscó la manera de entender o explicarse el mundo a través de la escritura. De hecho, sus primeros escritos profesionales los realizó con tan sólo 14 años, publicando textos en un importante periódico de la ciudad, «El Nuevo Día». Después de sus estudios secundarios viajó a Estados Unidos donde continuó su formación, que concluyó más tarde nuevamente en Puerto Rico. Fue además una defensora de la cultura y luchó por difundir la literatura en su entorno. Entre sus proyectos más importantes podemos señalar, la revista «Zona de Carga y Descarga» que levantó con Olga Nolla, que era prima suya. Una de sus peculiaridades es que sólo publicaban a autores desconocidos y tenían una línea ideológica muy marcada: abogaban por el Movimiento Independentista. Mientras tanto, Ferré también escribía poesía y artículos de opinión en el periódico «El Mundo».
Entre sus obras más destacadas podemos mencionar «El Vuelo del Cisne», «La casa de la laguna», «Maldito Amor» y «El cuento envenenado». En todas ellas podemos encontrar una voz clara y contundente abogando por la libertad de expresión y por una escritura que se encontrara arraigada a la identidad nacional, donde los escenarios, el lenguaje y los personajes surgieran de la vida en Puerto Rico, es decir, pudieran ser encontrados en cualquiera de sus calles.
En lo que respecta a su vida amorosa, Ferré tuvo varios matrimonios y tres hijos. Vivió gran parte de su vida en Puerto Rico, aunque viajó muchísimo, y dejó plasmada en su obra una gran melancolía por el pasado, los días buenos de la infancia y la necesidad de una libertad que pareció no consolidarse del todo en toda su vida.
Rosario Ferré falleció el 18 de febrero de 2016 por causas naturales, después de varios años de lidiar con diversos problemas de salud durante unos años. Será recordada por siempre como una de las fundamentales precursoras del feminismo en Puerto Rico, sobre todo consiguió que comenzará a tomarse en serio la literatura escrita por mujeres, es decir calificar el arte por lo que tuviera para ofrecer de bueno, revolucionario y valioso, sin tomar en cuenta el género del autor. Su obra se encuentra repleta de títulos inolvidables como «El árbol y la sombra», «El acomodador: Una lectura fantástica de Felisberto Hernández» y «Cortázar, el romántico en su observatorio», la tesis con la que aprobó su doctorado.