Teresa Martín Taffarel es una poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1934 pero que reside desde 1983 en Barcelona. Se dedica a la enseñanza en escuelas es escritores y da clases de literatura para profesores en dicha ciudad. Su labor creativo no se reduce a la poesía, también ha explorado el campo del ensayo y ha publicado varias obras en las que analiza la trayectoria y estética de numerosos autores hispanoamericanos.
Convencida de que la vocación poética surge cuando descubrimos los nombres de las cosas, Teresa Martín Taffarel comenzó a dar sus primeros pasos en este género antes de saber escribir. Jugando con la imaginación. Más tarde descubrió lo que era la poesía y ya no pudo dejarla. La palabra diciendo le sedujo de tal forma que supo que era poeta. Ha expresado en diversas entrevistas que se dejó elegir por la poesía porque sintió una fuerza interior que la impulsaba y no pudo hacer demasiado por negarla. Todo lo que decimos vive en nuestro interior y nosotros no somos más que un vehículo a través del cual se transmiten las ideas-imágenes. He aquí el concepto que Teresa tiene de la poesía que podría acercarla a una forma superrealista de creación. Al leerla descubrimos que estas ideas se transfieren a sus poemas y les otorgan una mirada abstracta pero llena de vida y de sentido.
«Las voces interiores», «El tejido del cuento» y «Caminos de escritura» son los títulos de algunas de sus obras de corte ensayístico. En poesía ha publicado «Mínimo equipaje» y «Lecciones de Ausencia». Una constante en su escritura es la búsqueda de una estética de lo emocional por sobre lo estructural. Sus poemarios apelan a la sensibilidad del lector para llevarlo a través de caminos de inquietud y descubrimiento. Algunos de los temas que explora en su obra son el amor soñado, el paso del tiempo y la importancia que ciertos lugares tienen para nosotros; la forma en la que se nos quedan grabadas imágenes de sitios en los que quizá no hemos estado mucho pero que nos han dejado algo: experiencias inolvidables, revelaciones impensables.
Dice que en sus cursos de escritura incentiva a los alumnos a escribir. Les dice que cada uno de ellos tiene algo dentro que quiere decir, por eso sienten la necesidad de acudir a esas clases. Ahora bien, romper con ese espacio en blanco que divide su mundo interior y la hoja, es una de las tareas más difíciles de la escritura. Por eso, sentarse a escribir es importante; porque puede ser la mejor forma de conseguirlo. Hay que empezar a escribir palabras, hasta que en determinado momento emerja el poema, dice. No obstante, también necesitarás del oficio (para eso es necesario escribir más y mejor) porque cuando te falla la intuición, debes usar estrategias de escritor para salvar un pozo o una nube en tu escritura. La técnica, a su vez, puede servir para dar con el ritmo adecuado; por lo que es importante además de pasión mucho esfuerzo y aprendizaje. Esa es la idea que tiene Teresa de la creación poética, un mecanismo que le ha permitido conquistar a muchísimos lectores que admiran su poesía.
Entre los autores que más le han inspirado se encuentran San Juan de la Cruz, Pedro Salinas y Rafael Alberti. Aunque también es buena lectora de narradores como Jorge Luis Borges y Juan de Mairena. Asegura que la mejor forma de aprender a escribir es leyendo de forma crítica a aquellos autores que nos han transformado. Sin duda, uno de los mejores consejos que puede recibir alguien que desea dedicarse a la escritura: lee, lee y lee para escribir, escribir y escribir.