Marco Denevi fue un dramaturgo argentino nacido en Sáenz Peña, provincia de Buenos Aires, en 192, autor de títulos de importante magnitud para la esfera literaria nacional, tales como «Rosaura a las diez» y «Ceremonia secreta».
Algunas de las características fundamentales de su obra es que mezclan elementos del realismo con el pensamiento metafísico, y su interés por la extranjería, la cual posiblemente haya heredado de su padre inmigrante. Su trayectoria como dramaturgo, sin embargo, fue bastante corta, y pronto se centró en el género que más le interesaba y en el que se sentía más libre: el cuento. Entre sus textos de este género más populares se encuentra «Ceremonia secreta», que después de ser escogido como cuento del año por la revista «Life», fue traducido a muchísimos idiomas e incluso adaptado a la pantalla grande en Inglaterra.
Hay que señalar que en su narrativa podemos encontrar un cuidadoso manejo de la fantasía y el humor negro, enmarcado en un contexto realista con elementos dramáticos. En cierta ocasión el escritor expresó que en una fiesta, mientras todos los ojos se fijaban en quienes estuvieran más risueños y entretenidos, los suyos se posaban en aquel que se había retirado a un rincón porque se sentía triste, quizá por no poder encajar en aquella parafernalia. Al leerle entendemos a qué se refería: su interés por los débiles y los marginados lo llevó a componer obras de un gran compromiso social a través de las cuales intentó comprender el alma humana y la forma extraña que tenemos de relacionarnos y entender la vida.
En su ensayo «Sobre Marco Denevi: una semblanza y tres enmiendas», el escritor Fernando Sorrentino hace un interesante y detallado análisis de toda la obra del argentino y nos permite dilucidar aquellos aspectos más llamativos e ineludibles. En las historias de Denevi tenemos un perfecto mecanismo de relojería, todo lo que aparece en ellas está puesto ahí por algo, nada sobra, nada falta, y todos los elementos interactúan entre sí con total fluidez y orden. Si nos centramos, por ejemplo, en su obra más importante «Rosaura a las diez», vemos que se encuentra dividida en cinco partes y en cada uno nos encontramos con un narrador diferente que aporta una perspectiva distinta a la obra; de este modo, la historia se va completando a partir de la mirada de cada uno de estos narradores, hasta volverse homogénea y redonda. ¡Sin duda un trabajo fabuloso de composición literaria!
Denevi también cultivó el periodismo y fue gracias a esta segunda vocación que consiguió mantenerse en los tiempos difíciles. Una vez que consiguió hacerse conocido en la esfera literaria, llegó a conquistar importantes premios y ocupó el sillón de José Hernández de la Academia Argentina de las letras.
Entre sus obras inolvidables se encuentran las ya citadas y las novelas «Un pequeño café», «Los asesinos de los días de fiesta» y «Nuestra señora de la noche», los relatos «Falsificaciones», «Furmila, la hermosa» y «El jardín de las delicias». De sus ensayos podríamos citar «La república de Trapalanda» y de su teatro «El emperador de la China» y «Los perezosos». No obstante, su obra fue prolífica y variopinta, por lo que quedan fuera muchos títulos también imprescindibles.
Marco Denevi falleció el 12 de diciembre de 1998 y tuvo una prestigiosa despedida, como el escritor necesario que fue. Se lo considera uno de los escritores argentinos más innovadores, que supo fusionar ciertos recursos propios del teatro en la novela y el cuento y que fue capaz de contar historias de forma sencilla pero sin olvidar la importancia de amasar el lenguaje para que sirva adecuadamente a la historia.